Air

Dirigida por Ben Affleck de forma competente (aunque no emocionante), esta gran historia americana del "triunfo del subestimado" no es exactamente un éxito, pero al menos es un buen partido. Air se basa en muchos planos "sentados en una habitación y hablando", así como en varias escenas de "conversaciones telefónicas", y luego intenta animar estos momentos con una gran selección de canciones de época, una de las cuales parece aparecer cada cinco minutos. Y hay demasiados diálogos que "predicen" el futuro, diseñados para que los espectadores asientan con la cabeza en señal de reconocimiento. Air no es una película dinámica, pero quizás gracias a las buenas interpretaciones, la energía está ahí, y resulta innegablemente emocionante. Además, no se trata de una película sobre la acumulación de riquezas. Trata más bien de gente normal que simplemente conserva su trabajo (y, en algunos casos, su identidad), y de una familia negra que sienta un nuevo precedente para que otros puedan seguirle. En última instancia, son los personajes los que cuentan en Air, y llegamos a conocerlos lo bastante bien como para que sus reveses y victorias realmente signifiquen algo.