El ultimo vagón (Where the Tracks End)

Con reminiscencias de un conjunto de películas internacionales de los años 90 y principios de 2000, este drama romántico puede parecer un poco manipulador en su narración y estilo, pero es una película eficaz y que merece la pena. Como en El último vagón, un niño protagonista cuya vida cambia a mejor gracias a un profesor o mentor es un tema común en películas como La lengua de las mariposas, de España, El coro, de Francia, o Cinema Paradiso, de Italia. Todas ellas presentan niños inocentes, desamores predecibles y una estética similar, con partituras musicales y cinematografía diseñadas para provocar la máxima emoción.

El último vagón trata, en última instancia, del poder inspirador de una cariñosa profesora, interpretada maravillosamente por Barraza, y de los profundos lazos de amistad de la infancia, con cuatro jóvenes actores que encarnan los papeles con una autenticidad relativamente poco forzada. La película parece sugerir que estos lazos pueden ser especialmente fuertes entre los niños de entornos desfavorecidos, como los hijos de los jornaleros y los ferroviarios migrantes del México rural que se ven aquí. La historia toca los sentimientos del primer amor, la explotación y el resentimiento ocasional de los jornaleros, el privilegio de una buena educación, el dolor de la pérdida y las lecciones aprendidas de la amistad. Deje su cinismo en la puerta, tenga los Kleenex a mano y déjese llevar por esta conmovedora historia.