Frontera

Los excelentes actores consiguen salvar esta deslavazada película. Con sus férreos ojos azules y su actitud sombría pero sensible, Harris está claramente intentando convertirse en el nuevo Clint Eastwood. Muchos momentos de Frontera recuerdan a los westerns clásicos, pero los problemas modernos y realistas que se plantean no encajan del todo con los atardeceres y los caballos galopando por el paisaje desértico. Tal vez ese sea el objetivo, pero hay algo en la ejecución de Frontera que no termina de encajar. La película parece un batiburrillo de géneros, ideas y tonos. Es tranquila y pausada, salpicada de momentos de intensa acción y caos que, si el objetivo de los cineastas era emular las experiencias reales de las personas que cruzan la frontera, son un éxito, pero los espectadores pueden perder fuelle. En su intento de seguir las experiencias y acontecimientos de la vida real, el lento intento de tensión de Frontera simplemente se alarga demasiado. Y la música, francamente, distrae: sus constantes crescendos roban el protagonismo a momentos que se sostienen por sí solos. El público que decide ver Frontera no necesita que se lo expliquen todo, y por desgracia, eso es lo que obtiene. Es una lástima, porque está muy bien rodada y ofrece una visión poco común de algunos temas complejos y personajes poderosos que no suelen aparecer en la pantalla.

Aunque la trama es obvia y bastante pesada (el guión se basa en las experiencias reales del guionista y el director), los actores de Frontera son excelentes y discretos, sobre todo teniendo en cuenta que la película tiene muy poco diálogo. Siempre es un placer ver a la campechana Madigan, cuyo cálido corazón de vaquera da a la película su núcleo emocional. El improbable reencuentro de Peña y Longoria gracias a la benevolencia de Roy es difícil de creer pero emocionalmente sólido, y Longoria se defiende en un papel tranquilo pero considerado. Las escenas entre Peña y Harris son breves pero las más fuertes de la película: la amabilidad que cada uno muestra hacia el otro es un bálsamo en el complejo y violento mundo fronterizo.