Hotel Transylvania 4: Transformanía

Esta supuesta última película sobre la familia de monstruos de Drac y Mavis y sus tontas aventuras seguro que hará reír a los más pequeños y a los adultos sentir nostalgia de las películas de monstruos de antaño. Puede que Sandler y James no estén, pero los actores de doblaje profesionales que los han sustituido son lo suficientemente hábiles como para que eso no sea un problema. Y aunque la trama es bastante floja, ésta nunca ha sido una franquicia basada en giros argumentales propulsivos. La comedia para niños no es más que una excusa para ver a monstruos emblemáticos del cine convertidos en escenas cómicas y de payasadas. En este sentido, Transformania es más de lo mismo: un montón de travesuras de comedia física que dejan a los personajes heridos (una y otra vez, en el caso de Drac) a carcajadas. El nuevo cuerpo humano de Drac es frágil, y su incapacidad para hacer frente a todo, desde el mareo por movimiento a levantar objetos pesados, pasando por las alergias ambientales y las picaduras de mosquito, resulta entretenida.

Mientras Drac y Johnny estrechan lazos en Sudamérica en busca del nuevo cristal para el arma de Van Helsing, las dos mujeres (Mavis y Ericka) salvan claramente el día. Son ellas las que toman decisiones racionales, solucionan problemas, se comunican de forma sana y guían valientemente al equipo en circunstancias peligrosas. Y una vez más, las relaciones centrales tienen un dulce aire de "pareja dispareja": Mavis y Johnny, Drac y Ericka, incluso Drac y Johnny. El cuarteto de amigos monstruosos de Drac convertidos en humanos también proporcionará el alivio cómico al que los niños están acostumbrados: El hombre lobo Wayne (Steve Buscemi) se convierte en un hombre barbudo; el invisible Griffin (David Spade) es un hombre desnudo (¿quién lo iba a decir?); Murray (Keegan-Michael Key) es pequeño y viejo; Frank (Brad Abrell) es sorprendentemente alto y guapo; y el bueno de Blobby (Genndy Tartakovsky) es un simple molde de gelatina. Sus nuevos yoes dan lugar a más comedia, como cuando Eunice (Fran Drescher), la novia de Frankenstein, grita al ver a su marido, ahora corpulento, como si fuera repulsivo. ¿En resumidas cuentas? Las películas de Hotel Transylvania son ligeras y divertidas, perfectas para los niños que prefieren a sus monstruos en el lado seguro.