Tiempo compartido

Esta película de "vacaciones desastrosas" la disfrutarán mucho los fanáticos de David Lynch y las películas con un estilo surrealista e inquietante. Los tonos pastel que predominan en muchas de las escenas, chillones y llamativos, son el contraste perfecto con la incomodidad que te espera en cada esquina. Si bien se desarrolla en México, los colores y el tono general de que algo engañoso está ocurriendo le dan al escenario el aspecto de un paisaje infernal del centro de Florida. Los turistas chabacanos en el fondo bebiendo cócteles, el cursi instructor de tenis dándose aires de gran macho, el doble discurso de la empresa para dar una disculpa poco sentida: todos son factores que contribuyen a una sensación de realidad irreal.

Es una historia de "vacaciones que salieron mal", pero rápidamente nos damos cuenta de que Tiempo compartido (Time Share) pretende ser mucho más que eso. Pedro se muestra un poco pedante y xenófobo y, sin embargo, uno no puede evitar solidarizarse con alguien que solo quiere tener un poco de paz y relajación con su familia durante la única semana del año que tiene libre del trabajo. Gloria se muestra insensible con su exesposo y demasiado ingenua con un vendedor tramposo (interpretado con gran maestría por RJ Mitte, mejor conocido como Flynn de Breaking Bad), pero no se le puede culpar por tratar de reconstruir su vida y seguir adelante después de la muerte de su hijo. Los temas del uso invasivo de datos personales con fines de marketing y las conductas parecidas a una secta de quienes buscan un paraíso prefabricado se exageran hasta el punto que se convierten en burla. Se necesita un poco de esfuerzo para hacerse una idea de lo que está pasando en la historia, pero hacer este esfuerzo definitivamente vale la pena.