Invasión secreta

Combinar las convenciones de la narrativa de espías con el Universo Cinematográfico Marvel no era un mal plan, y los resultados tampoco están nada mal, especialmente cuando Samuel L. Jackson aparece en pantalla. Parece que se lo está pasando bien en Invasión Secreta, suelto en un mundo con grandes villanos extraterrestres contra amigos extraterrestres, y cada vez que aparece, la tensión se aligera un poco. Y no nos equivoquemos, las cosas están tensas. Décadas después de los acontecimientos de Capitana Marvel, muchos Skrulls están cansados de esperar a que Nick Fury cumpla su promesa de ayudarles a encontrar un nuevo hogar después de que fueran desplazados por una guerra en su planeta de origen. Han empezado a tomar posiciones de poder de forma encubierta y a organizar actos de terrorismo internacional con la esperanza de desencadenar una guerra mundial y acabar con la humanidad por completo.

Secret Invasion sabe dar matices a los Skrulls renegados; es fácil simpatizar con la difícil situación de unos refugiados impotentes que sólo quieren un lugar propio. La serie también se deleita con las tramas de thriller de espionaje: reuniones secretas, mensajes codificados, extraños disfrazados (lo que adquiere una resonancia especial dado que los Skrulls pueden imitar el aspecto y la presentación de cualquiera). Las series de Marvel a menudo desembocan en batallas exageradas, y puede que Invasión Secreta también lo haga, pero el tufillo a James Bond y el gran reparto, además de las implicaciones paranoicas del poder de los Skrulls para cambiar de forma, hacen que merezca la pena el viaje a esta enrevesada y apasionante entrada en el MCU.