The Umbrella Academy

Imágenes ingeniosas y actores extravagantes con instrucciones claras de mostrar sin tapujos sus particularidades dan vida a una serie ya trillada de una escuela para superhéroes. Oye, ¿esto no se hizo ya? ¿En X Men? ¿o en Sky High? Pero este programa lo lleva al límite, lo que hace que sea un poco menos aburrido. Las secuencias de acción hiperactivas del programa con una alegre música de fondo no son tan efectivas como podrían ser: te recordarán a Kick-Ass, por un lado, y son demasiado exageradas desde el punto de vista lógico: ¿realmente merece un ladrón de bancos ser arrojado de una ventana del tercer piso donde seguramente morirá? ¿Tal vez los súper hermanos podrían llamar a la policía? Pero otros momentos son pura alegría, como una escena en la que los hermanos bailan la canción "I Think We're Alone Now" en habitaciones separadas de la casa antes de que la cámara retroceda como si estuvieran bailando en una casa de muñecas, cada uno en su propia caja.

Dos de los actores de The Umbrella Academy también garantizan momentos muy divertidos cuando aparecen: Robert Sheehan, con su energía nerviosa como la oveja negra de la familia, y Aidan Gallagher, el encargado de interpretar a un personaje con la conciencia de un adulto de 58 años dentro del cuerpo de un niño de 13 años. Gallagher se destaca de una manera creíble y atractiva en escenas en las que no puede creer la estupidez de todos los que lo rodean, y por cierto tiene un superpoder realmente genial. Lamentablemente, la talentosa Page se deprime por un tiempo, y no hace mucho hasta que con la línea "¡Soy tan ordinaria!" su historia cambia exactamente de la manera que crees que lo hará. Siempre es genial ver a una marginada ganar una, pero es frustrante ver el brillo de Page atenuarse mientras esperamos. Afortunadamente, el programa profundiza y mejora a medida que se desarrolla la primera temporada, y la segunda es aún mejor, con una historia apocalíptica que aumenta la tensión y se dedica mucho tiempo a investigar la vida interna y las frustraciones de los personajes. Las escenas violentas y el armamento de ciencia ficción permanecen, pero el espectáculo toma tiempo para iluminar a los personajes atrapados en la violencia, lo que imbuye las batallas con significado y corazón y convierte lo que podría ser un espectáculo vacío en algo apasionante, conmovedor y, en última instancia, totalmente emocionante, en muchos niveles.