Oso polar

Merece la pena dedicar tiempo a este documental sólo por las majestuosas imágenes del Ártico. Los creadores de Oso polar pasaron muchas temporadas siguiendo y filmando osos para crear esta película, con tomas aéreas y primeros planos que te dejan sin aliento. Ese es el verdadero trabajo detrás de este documental, pero para dar vida a los "personajes", los cineastas también necesitaron crear una historia. En este caso, optaron por narrar la vida de una mamá osa y sus dos cachorros (un macho y una hembra) desde la perspectiva de la hembra (a la que pone la voz Catherine Keener). No es que la película esté llena de acción, pero hay emoción en las escenas de caza ("acecho"), y en las de muerte, en particular.

El truco del enfoque narrativo de Oso polar es que se les asigna a los osos emociones humanas. Los espectadores escépticos podrían preguntarse si un oso sabe realmente cuándo ha tenido "el mejor día" de su vida. Pero el comportamiento de los animales seguramente ofrece suficientes pistas para saber cuándo se sienten felices, satisfechos, asustados, etc. Hay tres ocasiones en las que la narración es frustrantemente vaga: cuando una muerte queda sin explicación, cuando un cachorro y su madre se separan, pero no se nos dice exactamente por qué es habitual, y cuando dos osos se aparean y el narrador, extrañamente para un documental de naturaleza, lo describe con eufemismos sobre ser "cortejado" y ser "provisto" de una familia propia.