Un mundo extraño

Este nostálgico homenaje a las aventuras de ciencia ficción cuenta con un conmovedor argumento intergeneracional, una representación positiva de la diversidad y dos adorables compinches. Los cineastas Don Hall y Qi Nguyen se centran en las relaciones familiares entre Ethan, sus padres y su abuelo. La historia, respetuosa con el medio ambiente, ofrece un montón de risas y emociones gracias a Legend, el adorable perro de tres patas de la familia, que es bullicioso y se hace amigo de todo el mundo, y a Splat, el ser sin rasgos que Ethan descubre en un mundo aparentemente mágico. (Ambos harán las delicias de los espectadores más jóvenes y de los amantes de los perros.) Aunque la trama está centrada sobre todo en los hombres, los dos personajes femeninos principales, Meridian y Callisto, son súper capaces, duras y valientes. Union destaca sobre todo como la madre de Ethan, que no se anda con tonterías y le brinda todo su apoyo.

Los efectos visuales de Un mundo extraño son vibrantes y del color del algodón de azúcar, mientras el nuevo mundo cobra vida en torno a los curiosos habitantes de Avalon. La construcción del mundo incluye peligros a cada paso, pero, aparte de una muerte implícita un tanto humorística, el peligro nunca es demasiado abrumador. Es decepcionante que haya habido polémica por el hecho de que la película incluya el enamoramiento de Ethan por un chico (y el apoyo total de su familia a ese hecho), que es más o menos equivalente a la bonita cita representada en Intensa Mente (Inside Out). En todo caso, Disney merece crédito por promover una historia inclusiva que no es sermoneadora ni exagerada. Porque esta no es una historia sobre la salida del closet de un adolescente o sobre ser gay: es una historia sobre salvar el hogar y reparar las relaciones generacionales.